Para muchos empresarios hablar de marketing es hablar de algunos miedos que se han venido identificando, en especial para los pequeños empresarios.
El día a día de un empresario esta en la búsqueda de un equilibrio entre sus ingresos y sus egresos y claro esta, en que esa balanza tienda más hacia los ingresos. Pero las condiciones del mercado (oferta y demanda) y lo que ha venido sucediendo con las tendencias de consumo por parte de las personas, hace preocupar a estas unidades productivas. Como resultado, los responsables acuden en demasía a ofrecer descuentos, a bajar calidad de productos o bajar calidad en la prestación del servicio, todo por lograr mayores ventas en detrimento del negocio.
Cuando un profesional del marketing se acerca a un empresario en estas condiciones, este último considera que todas las ideas de mejora para que las ventas se recuperen y se comience a ver un crecimiento de la empresa, implica grandes desembolsos y recursos, por lo que suelen pensar que es una herramienta sólo de grandes compañías. Esto no debe ser, pues esta mirada no sólo deja en desventaja psicológica al empresario, sino que, además, no hay una gestión eficiente y se desaprovechan grandes oportunidades que ofrece el mercado si no lo sabemos leer.
El marketing ayuda al empresario a que su empresa, por pequeña que sea, tiene fuentes de ventaja competitiva que la llevan a encontrar sus diferenciales en un mercado globalizado y fragmentado.
César Augusto Marín López
Economista
Especialista en Gerencia y Mercadeo
Maestrando en Dirección de Organizaciones
